LA VERDAD. NUESTRA POSICIÓN DE CLASE / Isabel Vileya
"Que tiempos estos en los que tenemos que defender lo obvio"
Bertolt Brecht
Hoy me acuerdo de Fidel, cuando decía aquello de “las inteligencias honestas y el tiempo”, me acuerdo a medias, porque no puedo escribir exactamente la cita, pero lo importante es que el mensaje, lo incorporé. Una parte de la cita, peca de idealismo, que vamos a perdonar por la influencia caribeña; en el fondo y en la forma, Fidel, aludía a la madera del militante.
En estos insoportables momentos de contaminación informativa, ideológica y militante, se requiere un especial carácter con respecto a la resistencia de nuestros cuadros. De las muchas formas que el enemigo trata de minar nuestras escasas fuerzas, la moral, es la más peligrosa.
El acoso y el hostigamiento hacia la militancia comunista, no solo por los elementos reaccionarios, también por las escuadras de la izquierda imperial, resultan angustiosos y a veces demoledores para los compañeros que soportan las tareas de masas.
La descomunal maquinaria imperialista, contamina, manipula, distorsiona, chantajea, soborna a sus miles de servidores, generalmente, la masa, no es consciente del nivel de manipulación que recibe y solo reproduce un discurso preparado por mero desconocimiento.
La responsabilidad del escenario mundial, es una cuestión de muy pocos, pero la de cómo se perciben los acontecimientos, tiene muchos corresponsables.
Como no es tarea nuestra y además sería inútil hacer cualquier reclamación al enemigo, nos vamos a circunscribir a la izquierda mundial, a esa que va desde la social democracia hasta el anarquismo, y claro que lo hacemos porque todo este arco se define defensor de la clase trabajadora y sus intereses.
Salvo honrosas excepciones, la mayor parte de la izquierda, entre ellos muchos partidos denominados comunistas, están alineados con el discurso oficial del eje EEUU-OTAN; es lo que denominamos "izquierda Imperial". Dichas organizaciones y sujetos, no solamente reproducen el relato único, además increpan y hostigan a quienes se atreven a poner en duda cualquier aspecto de la propaganda oficial imperialista.
Los comunistas, no debemos acomplejarnos, retraernos o replegarnos. Nuestra tarea, por supuesto que es la de conquistar a la masa, pero, tal vez, en este momento, eso pasa por sostener la verdad a pesar de todos los factores contrarios.
La etapa actual amerita realmente un ejercicio de resistencia ante la mentira global. Alguien tiene que contar, reproducir y tratar de multiplicar la versión fidedigna de los acontecimientos. Alguien tiene que denunciar las falacias y desnudar al impostor, porque de lo contrario, la única verdad hoy y en el futuro, será la del enemigo.
No hay que caer en la desesperación, ni temer a quedar solo. Los hechos que describimos y denunciamos hoy, serán nítidamente perceptibles, cuando las condiciones objetivas empujen hacia nuevos escenarios.
Es cuestión de tiempo, que las mascaras vayan cayendo, que las mentiras queden al descubierto, pero esto será posible únicamente si alguno señala lo obvio. Puede que de a poco, vayan despertando las conciencias; algunos se negarán a ver lo evidente hasta el final. Esos simplemente fueron enemigos que o bien no entendieron cuales eran sus intereses o pertenecen al campo enemigo y como tales serán tratados.
La mayor parte, tendrá que despertar de este angustioso sueño, antes de que se torne perturbadoramente siniestro. Los comunistas, tenemos que iluminar esta penumbra, con una llama muy chica, pero potente. La tarea es sostener la verdad en tiempos de mentira oficial.