Queridos amigos,
Les escribo ahora mientras la destrucción nos rodea por todos lados, mientras las explosiones aún sacuden el suelo bajo nuestros pies, mientras la muerte nos pasa una y otra vez, eligiendo a quién llevar consigo en cada instante. Anoche no fue solo otra noche de bombardeos; fue una pesadilla que jamás se borrará de mi memoria. Temblábamos, aferrándonos a la vida, susurrando nuestras últimas oraciones, esperando nuestro turno.
El bombardeo fue un infierno. Las paredes se estremecieron, los corazones latían con fuerza, el tiempo se detuvo. Y mientras luchábamos por aferrarnos a cualquier atisbo de esperanza, oímos el sonido de la gente huyendo por las calles oscuras, corriendo bajo el silbido de las balas y el rugido de los ataques aéreos. Y entonces, en medio del caos, una sola voz atravesó la noche, una que me heló la sangre y me hizo llorar sin control: «¡Baba, tengo tanto miedo!». Era la voz de un niño aterrorizado, desesperado por seguridad, por calor, por una mano que le diera la mano en medio de esta pesadilla. Pero no había nada: solo escombros, muerte y oscuridad.
Y el peligro aún no ha terminado. Un tanque ahora se encuentra en la cima de la colina Al-Muntar, el lugar que una vez guardó mis recuerdos más felices, donde solía pararme y ver toda Gaza extenderse ante mí. Ahora, es un punto estratégico para la destrucción. Si el tanque decide avanzar, solo tendremos diez minutos para escapar. Diez minutos para recuperar lo que nos queda de vida, para correr por calles destrozadas llenas de humo y escombros, para decidir nuestro destino entre la vida y la muerte.
Aquí en Shujaiya, vivimos momento a momento, sin saber nunca si veremos el día siguiente. Intentamos sobrevivir, intentamos aferrarnos a la vida, pero lo único que nos queda es resiliencia. Tienes voz. Tienes libertad. Tienes el poder de hacer que el mundo vea lo que nosotros vemos, de escuchar lo que oímos. No permitas que ardamos en silencio. No permitas que esta muerte pase desapercibida.
Habla de nosotros. Comparte nuestras historias. Dile al mundo que seguimos aquí, que seguimos luchando por vivir a pesar de este horror.
Reza por nosotros... Lo necesitamos más que nunca.
Marah