Tal día como hoy, 20 de abril de 1741, en la penumbra de la madrugada, el castillo de San Felipe de Barajas se convirtió en el escenario de una epopeya sin igual. Blas de Lezo, el invencible “Mediohombre”, lideró a sus 600 defensores contra el colosal asalto británico, compuesto por más de 4.000 hombres. Los invasores, confiados en su superioridad, se vieron sorprendidos por un foso que Lezo había ordenado cavar, dejando sus escalas inútiles y sus tropas expuestas al fuego español. La batalla fue encarnizada; los británicos sufrieron más de 1.500 bajas y, al amanecer, el campo estaba sembrado de cuerpos y pertrechos abandonados. Este fracaso marcó el principio del fin para la expedición inglesa, que, diezmada por enfermedades y la resistencia española, inició su retirada de Cartagena de Indias. La victoria de Lezo no solo salvó la ciudad, sino que también humilló al Imperio Británico, que ya había acuñado medallas celebrando una victoria que jamás llegó.