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EL GRITO COLONIAL DE AZNAR 🩸
Que Aznar diga que Palestina no existe no es un desliz, es una declaración de guerra. De guerra moral, histórica y política. Es la voz del vasallo que todavía obedece al amo imperial. El mismo que mintió sobre Irak, el que se fotografió con Bush y Blair mientras llovía fuego sobre Bagdad, ahora se atreve a negar la existencia de todo un pueblo.
Y lo hace sin vergüenza, sin pudor, sin una sola palabra para los niños asesinados, para los hospitales arrasados, para los cuerpos bajo los escombros. ¿Qué clase de monstruo hay que ser para mirar a Gaza y decir: "esto no existe"? ¿Cómo se puede ser tan miserable?
Aznar representa todo lo que debemos combatir: la mentira como doctrina, el desprecio como ideología, el genocidio como política exterior. Su frase no es solo un insulto al pueblo palestino. Es un insulto a la verdad, a la memoria, a la humanidad.
Y lo más repugnante es el silencio cómplice de muchos. Esos que lloran por Ucrania pero escupen sobre Palestina. Esos que aplauden sanciones contra unos y alfombras rojas para otros. Esa doble vara, ese cinismo obsceno, es la piedra angular del nuevo orden reaccionario.
Como bien dice Bollero, seguir a criminales de guerra nos conduce al abismo. Y Aznar, no lo olvidemos, es uno de ellos. Así que no: no olvidamos Irak, no tragamos con Gaza, y no callamos frente a quienes niegan la existencia de los pueblos que resisten. Resistimos con ellos.
Contra ellos.
Siempre.
Que Aznar diga que Palestina no existe no es un desliz, es una declaración de guerra. De guerra moral, histórica y política. Es la voz del vasallo que todavía obedece al amo imperial. El mismo que mintió sobre Irak, el que se fotografió con Bush y Blair mientras llovía fuego sobre Bagdad, ahora se atreve a negar la existencia de todo un pueblo.
Y lo hace sin vergüenza, sin pudor, sin una sola palabra para los niños asesinados, para los hospitales arrasados, para los cuerpos bajo los escombros. ¿Qué clase de monstruo hay que ser para mirar a Gaza y decir: "esto no existe"? ¿Cómo se puede ser tan miserable?
Aznar representa todo lo que debemos combatir: la mentira como doctrina, el desprecio como ideología, el genocidio como política exterior. Su frase no es solo un insulto al pueblo palestino. Es un insulto a la verdad, a la memoria, a la humanidad.
Y lo más repugnante es el silencio cómplice de muchos. Esos que lloran por Ucrania pero escupen sobre Palestina. Esos que aplauden sanciones contra unos y alfombras rojas para otros. Esa doble vara, ese cinismo obsceno, es la piedra angular del nuevo orden reaccionario.
Como bien dice Bollero, seguir a criminales de guerra nos conduce al abismo. Y Aznar, no lo olvidemos, es uno de ellos. Así que no: no olvidamos Irak, no tragamos con Gaza, y no callamos frente a quienes niegan la existencia de los pueblos que resisten. Resistimos con ellos.
Contra ellos.
Siempre.
29.03.202510:07
Nos enseñaron a correr. A bajar la cabeza. A tragarnos la rabia como si fuera un defecto. Nos dijeron que ser pequeños es sinónimo de ser débiles, que los tiburones mandan, que no hay nada que hacer. Que mejor te adaptes, que no te metas en líos, que esto siempre ha sido así. Pero no. No es verdad. Esa mentira es parte del engranaje que mantiene este sistema podrido funcionando.
Porque el tiburón no es solo la ultraderecha. También es esa falsa izquierda que pacta con el verdugo. Es el poder económico que financia a todos los partidos para que nada cambie. Es la policía que reprime al barrio pero escolta a los corruptos. Son los medios que manipulan, el algoritmo que silencia, la empresa que te explota. Es ese “centro” tibio que habla de moderación mientras se desangra el planeta, se desahucia a familias y se bombardea a niños.
La solución no está en rendirse, ni en esperar que alguien venga a rescatarnos. La única salida real, histórica, efectiva, es organizarnos. Como los peces del cartel: cada uno pequeño, pero juntas invencibles. No para imitar al tiburón, sino para detenerlo. Para romper la cadena de abusos, para cambiar las reglas del juego, para no volver a tener miedo.
Organizarse no es una opción, es una necesidad urgente. Porque el mundo no se va a arreglar solo. Y el futuro no se hereda: se conquista.
Porque el tiburón no es solo la ultraderecha. También es esa falsa izquierda que pacta con el verdugo. Es el poder económico que financia a todos los partidos para que nada cambie. Es la policía que reprime al barrio pero escolta a los corruptos. Son los medios que manipulan, el algoritmo que silencia, la empresa que te explota. Es ese “centro” tibio que habla de moderación mientras se desangra el planeta, se desahucia a familias y se bombardea a niños.
La solución no está en rendirse, ni en esperar que alguien venga a rescatarnos. La única salida real, histórica, efectiva, es organizarnos. Como los peces del cartel: cada uno pequeño, pero juntas invencibles. No para imitar al tiburón, sino para detenerlo. Para romper la cadena de abusos, para cambiar las reglas del juego, para no volver a tener miedo.
Organizarse no es una opción, es una necesidad urgente. Porque el mundo no se va a arreglar solo. Y el futuro no se hereda: se conquista.
03.04.202508:03
🦭 TRUMP IMPONE ARANCELES A UNAS ISLAS HABITADAS SOLO POR FOCAS
No es una broma:
Donald Trump ha impuesto un 10% de aranceles a las Islas Heard y McDonald, un remoto territorio australiano sin habitantes humanos, accesible únicamente tras dos semanas en barco.
¿El motivo?
Ninguno racional.
Simplemente están en el mapa. Y Trump necesita enemigos. Aunque sean pingüinos.
Las islas están cubiertas de glaciares, no tienen edificios, ni puertos, ni casas. Solo focas, volcanes y hielo.
Pero para Trump, cualquier lugar del mundo es sospechoso si no lleva una gorra roja con el lema Make America Great Again.
¿Guerra comercial o sketch surrealista?
Lo segundo.
Pero lo preocupante es que millones le siguen el juego.
No es una broma:
Donald Trump ha impuesto un 10% de aranceles a las Islas Heard y McDonald, un remoto territorio australiano sin habitantes humanos, accesible únicamente tras dos semanas en barco.
¿El motivo?
Ninguno racional.
Simplemente están en el mapa. Y Trump necesita enemigos. Aunque sean pingüinos.
Las islas están cubiertas de glaciares, no tienen edificios, ni puertos, ni casas. Solo focas, volcanes y hielo.
Pero para Trump, cualquier lugar del mundo es sospechoso si no lleva una gorra roja con el lema Make America Great Again.
¿Guerra comercial o sketch surrealista?
Lo segundo.
Pero lo preocupante es que millones le siguen el juego.
29.03.202518:05
La meritocracia es un cuento
La meritocracia es el opio del pueblo del siglo XXI. Sirve para que aceptes la precariedad como un fallo tuyo, no del sistema. No te engañes: el talento sin patrimonio es invisibilizado. La justicia sin redistribución es fachada. Y la riqueza sin límite, violencia.
La rabia es legítima. Organízate. Sé consciente. Cómete a los ricos.
La meritocracia es el opio del pueblo del siglo XXI. Sirve para que aceptes la precariedad como un fallo tuyo, no del sistema. No te engañes: el talento sin patrimonio es invisibilizado. La justicia sin redistribución es fachada. Y la riqueza sin límite, violencia.
La rabia es legítima. Organízate. Sé consciente. Cómete a los ricos.
22.03.202511:51
Rueda, atende, Galiza non se vende
#AltriNon
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