La imagen más clara de la vida vacía es el hombre suburbano, que se levanta a la misma hora todas las mañanas de lunes a viernes, toma el mismo tren para ir a trabajar a la ciudad, realiza la misma tarea en la oficina, almuerza en el mismo lugar, deja la misma propina para la mesera todos los días, llega a casa en el mismo tren todas las noches, tiene dos o tres hijos, cultiva un pequeño jardín, pasa dos semanas de vacaciones en la playa todos los veranos que no disfruta, va a la iglesia cada Navidad y Semana Santa , y se mueve a través de una existencia rutinaria y mecánica año tras año hasta que finalmente se jubila a los sesenta y cinco años y muy poco después muere de insuficiencia cardíaca, posiblemente provocada por la hostilidad reprimida...
Escrito por Rollo May (1909-1994)
Y tú ¿Que haces por ti? Aparte de tus obligaciones. Deberíamos disfrutar un poco la vida.