ACTO DE EXPIACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
¡Oh! ADORABLE Corazón de mi Salvador y Dios mío, penetrado de un vivo dolor a la vista de los ultrajes que has recibido, y que diariamente recibes en el Sacramento de tu amor, mírame postrado al pie de tu altar, para hacer una expiación aceptable. ¡Oh! que puedo, con mi homenaje y veneración, satisfacer a tu honra ofendida y borrar con mis lágrimas y con mi sangre tantas irreverencias, profanaciones y sacrilegios que ultrajan tu infinita bondad. ¡Qué bien se debería disponer de mi vida, si se pudiera sacrificar por un objeto tan digno! Perdón, Divino Salvador, por mi ingratitud y todas las infidelidades e indignidades que yo mismo he cometido contra vuestra Soberana Majestad.
Acordaos que vuestro adorable Corazón, cargando el peso de mis pecados en los días de su vida mortal, estuvo triste hasta la muerte. No permitas que tu agonía y tu Sangre sean inútiles para mí. Aniquila dentro de mí, mi corazón criminal y dame uno conforme al tuyo: un corazón contrito y humilde, un corazón puro y sin mancha, un corazón que pueda ser en adelante víctima consagrada a tu Gloria e inflamada con el fuego sagrado de tu amor. ¡Oh! Señor, deploro en la amargura de mi corazón mis antiguas irreverencias y sacrilegios, que deseo en el futuro reparar, con mi piadoso comportamiento en las iglesias, mi asiduidad en las visitas y mi devoción y fervor al recibir el Santísimo Sacramento del Altar. . Pero para hacerte más agradecido mi respeto y mi adoración, los uno con los que te rinden en nuestros templos, aquellos espíritus bienaventurados que están al pie de tus Sagrados Tabernáculos. Escucha sus votos, ¡oh! Dios mío, y acepta los homenajes de un corazón que vuelve a Ti con el único deseo de amarte sólo a Ti, para que merezca amarte eternamente. Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Puerta del cielo (1879)