′′Lo mejor que hay que hacer cuando estás triste", replicó Merlín, empezando a soplar y resoplar, es aprender algo.
Es lo único que nunca falla. Puedes haber envejecido, con tu cuerpo tembloroso y debilitado, puedes pasar noches sin dormir escuchando la enfermedad que invade tus venas, puedes perder tu único amor, puedes ver el mundo a tu alrededor devastado por el mal, o saber que tu honor está pisoteado en las cloacas de las mentes más viles. Sólo hay una cosa que puedas hacer: aprender.
Aprende porqué el mundo se mueve y qué lo mueve. Esto es lo único que la mente nunca se cansará, nunca se alienará, jamás será torturada, ni asustada o intimidada, ni soñará con arrepentirse.
Aprender es lo único que necesitas. Mira cuántas cosas hay que aprender…”