Tal día como hoy, 20 de abril de 1741, en la penumbra de la madrugada, el castillo de San Felipe de Barajas se convirtió en el escenario de una epopeya sin igual. Blas de Lezo, el invencible “Mediohombre”, lideró a sus 600 defensores contra el colosal asalto británico, compuesto por más de 4.000 hombres. Los invasores, confiados en su superioridad, se vieron sorprendidos por un foso que Lezo había ordenado cavar, dejando sus escalas inútiles y sus tropas expuestas al fuego español. La batalla fue encarnizada; los británicos sufrieron más de 1.500 bajas y, al amanecer, el campo estaba sembrado de cuerpos y pertrechos abandonados. Este fracaso marcó el principio del fin para la expedición inglesa, que, diezmada por enfermedades y la resistencia española, inició su retirada de Cartagena de Indias. La victoria de Lezo no solo salvó la ciudad, sino que también humilló al Imperio Británico, que ya había acuñado medallas celebrando una victoria que jamás llegó.   
Prohibido tener perros y gatos sin registrar, prohibido tener gallinas, prohibido viajar sin vacunar, prohibido circular con tu viejo coche, prohibido, prohibido, prohibido...
Hasta cuando vamos a seguir soportando semejante humillación. Solo tenemos derecho a pagar impuestos brutales y a nada más, poco a poco te van sacando toda esencia de libertad. Por eso os pido desde aquí que todos a una desobedezcamos estas leyes injustas puestas por tiranos para borregos. No seas borrego, se lobo y enfréntate al enemigo, por ti, por tu libertad y la de futuras generaciones, es ahora o nunca, hagamos historia.
Comparte en otros grupos y canales, hagamos que esto sea una realidad, es un gran paso hacia nuestra libertad.
Cobo invita a no mirar las cruces «transformadas en estandartes de otras cosas»
En uno de sus pasajes más llamativos, afirmó: “Mirad el árbol de la cruz. Miradlo. No tanto las cruces ornamentales o las transformadas en estandartes de otras cosas”. Palabras escogidas con esmero, lo suficientemente ambiguas para poder negarlo todo, pero lo bastante sugerentes como para que nadie se llame a engaño. Hay cruces que molestan, cruces cuya mera existencia incomoda. Cruces que algunos quieren resignificar, y otros conservar. Cruces que unos quieren mirar… y otros esconder.
La defensa de esas cruces incómodas no es un capricho ni una provocación. Es fidelidad. Es coherencia. Porque no hay cruz ornamental cuando en ella se reconoce al Crucificado. Y no hay “otras cosas” si se la defiende precisamente por lo que es: símbolo de redención, signo de la victoria del Amor, y memoria de quienes la abrazaron hasta dar la vida.
Pero el sermón no se quedó ahí. Más adelante, el cardenal pidió que no seamos “voceros de la confrontación, del conflicto, la división”. Una forma elegante de señalar. De advertir. De marcar un tono. Como si reclamar respeto fuera dividir. Como si recordar compromisos fuera confrontar. Como si la unidad se construyera a base de silencio… y olvido.
Ese lenguaje, lleno de paz semántica y reconciliación administrada, recuerda demasiado al discurso de quienes, fuera del púlpito, también hablan de cerrar heridas mientras abren tumbas. Es un discurso político. Pero no del pueblo fiel, sino del consenso socialdemócrata.
100% de los pacientes COVID murieron de ataques de pánico y por la aplicación de los fatídicos protocolos ➖➖➖➖➖➖➖➖➖➖➖ 🔗 Negaman 😎 (@Buenrolloreturn): Confesiones de enfermera portorriqueña:
"Los pacientes entraban en ataques de pánico debido al aislamiento, comenzaban a hiperventilar, los intubaban y morían" ➖➖➖➖➖➖➖➖➖➖➖
No está la cosa para felicitar mucho, pues la iglesia de Inglaterra también siguió celebrando la pascua, pero había reconocido por cabeza a un hereje, traicionando la doctrina, y así hoy también la iglesia, por mucho que siga celebrando la pascua, también ha reconocido por cabeza a un hereje, traicionando igualmente la doctrina.
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No está la cosa para felicitar mucho, pues la iglesia de Inglaterra también siguió celebrando la pascua, pero había reconocido por cabeza a un hereje, traicionando la doctrina, y así hoy también la iglesia, por mucho que siga celebrando la pascua, también ha reconocido por cabeza a un hereje, traicionando igualmente la doctrina.
Tal día como hoy, 20 de abril de 1741, en la penumbra de la madrugada, el castillo de San Felipe de Barajas se convirtió en el escenario de una epopeya sin igual. Blas de Lezo, el invencible “Mediohombre”, lideró a sus 600 defensores contra el colosal asalto británico, compuesto por más de 4.000 hombres. Los invasores, confiados en su superioridad, se vieron sorprendidos por un foso que Lezo había ordenado cavar, dejando sus escalas inútiles y sus tropas expuestas al fuego español. La batalla fue encarnizada; los británicos sufrieron más de 1.500 bajas y, al amanecer, el campo estaba sembrado de cuerpos y pertrechos abandonados. Este fracaso marcó el principio del fin para la expedición inglesa, que, diezmada por enfermedades y la resistencia española, inició su retirada de Cartagena de Indias. La victoria de Lezo no solo salvó la ciudad, sino que también humilló al Imperio Británico, que ya había acuñado medallas celebrando una victoria que jamás llegó.   
Nuevas imágenes muestran a las fuerzas de ocupación israelíes atacando hoy a grupos de scouts y cristianos en la Jerusalén ocupada, golpeándolos, empujándolos y blandiendo armas.
UnPolicía israelí coloca el pie sobre la Piedra de la Unción dentro de la Iglesia del Santo Sepulcro.
El sábado 19 de abril de 2025, durante la ceremonia del Fuego Santo, un armenio de Jerusalén presenció cómo un policía colocaba el pie sobre la Piedra de la Unción, el lugar donde se preparó el cuerpo de Jesús para su entierro tras la Crucifixión. Cuando el armenio se lo señaló, el policía retiró el pie. Sin embargo, uno de sus colegas expulsó violentamente al armenio y a su hermano de la Iglesia del Santo Sepulcro, en uno de los días más sagrados del calendario litúrgico cristiano.
Aún no está claro si el acto fue intencional, pero el incidente debería impulsar a las autoridades locales a mostrar mayor respeto por la santidad de los lugares cristianos.