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Brujerías, Garrotazos...
(Y dos pasajes a Cancún)
Allá lejos y hace tiempo, en alguna tribu muy temprana...
Conversaban muy tranquilamente al calor de una fogata, un flaco lleno de plumas con un gordo de garrote:
- Siempre nos será más fácil y más seguro dominar la tribu con mis fábulas, que con tu violencia, señor mío...
Porque le tienen más miedo a mis "magias" y a mis "espíritus", que a tus palizas, no lo ves?
Asociémonos de una vez.
(Le dijo el emplumado Brujo al gordo Cacique)
- ¿Y qué hacemos, si alguno se retoba porque no le tiene miedo al "cuco"?
(Dijo el cacique)
- Bueno... en ese caso, a ese sí le damos una ejemplar paliza, señor mío.
(Le retrucó el Brujo)
- Excelente, así sea!
Siempre juntos, tu y yo, desde ahora y para siempre!
(Respondió el Cacique, convencidísimo)
....
Siempre juntos.
...
Y siguieron siempre socios.
Hasta el día de hoy.
Estado y religión, Autoridades y Creencias, Gobiernos y Culturas, Política y Ciencia... dá igual.
Siempre socios, siempre cómplices, siempre imprescindibles para el ejercicio del poder.
Porque siempre fué más eficiente meter miedo, que meter garrote.
Porque controlando el pensamiento, el cuerpo se somete solo.
Pero...
Si cada tanto sale alguno que vence al miedo... hay que tener muy a mano el garrote, y de inmediato reventarle el lomo a palazos... no sea cosa que contagie al resto con su coraje.
...
Bué.
Ayer me estuve acordando de mi viejita.
Un par de recuerditos de la infancia:
Mi vieja siempre me decía, cuando me notaba medio insolente:
- ¡Mirá que te voy a sacar a la vereda, y te vá a llevar el viejo de la bolsa!
...Y si con eso no me alcanzaba, bué. No iba a escatimar darme algún sopapo.
Más adelante, en el colegio, cuando los curas consideraban que andaba un poco insumiso, primero me sermoneaban:
- ¡Mirá que te vas a ir al infierno! ¡Andá a confesarte, y después a rezar unos cuantos padrenuestros y varios avemarías!
Y si con eso no bastaba y yo seguía insubordinado, tampoco estos hijos de dios eran de ahorrarse algún que otro soplamocos.
...
O sea, igual que el brujo y el cacique.
Primero amenazan con cualquier "cuco" que oportunamente hayan inventado para darte miedo, y en caso que con eso no fuera suficiente, ahí estarán siempre listos, los patanegra. Que no van a escatimar en propinar todos los sopapos que hagan falta.
Así, tan simple.
Así tan fácil.
Así de sencillo les resulta desde el principio de la historia.
Así, 20 tipos dominan el mundo entero, y el resto obedece.
Así de simple de explicar.
Así de fácil de entender.
Así de infantiles somos como sociedad.
Pero no.
Nunca abandonarán la tribu.
Nunca se graduarán del colegio.
Preferirán poner el cuerpo hasta morir... en una guerra que nunca fué la suya, antes que desertar.
Y como siempre, al final de la guerra los generales "enemigos" se darán la mano sobre un mar de tumbas.
Nunca dejarán la casa de sus padres, como hace cualquiera cuando maduró lo suficiente, cuando ya le crecieron los huevitos.
Por eso prefieren las marchas, las manifestaciones, las "protestas".
Tal como protesta un adolescente frente a la puerta del cuarto de "los papis".
Porque ese berrinche inútil nunca conduce a nada, todo lo contrario... lo único que hace es legitimar el poder de los "papis".
Porque cuando uno se hace grande, ya no se queja, directamente se hace el bolsito y se vá.
Sale.
Pero no.
Porque "afuera" hace frío.
Y te agarra el viejo de la bolsa.
Y así 20 tipos seguirán dominando.
Mientras todo el resto siga creyendo, obedeciendo, pagando y votando.
Porque...
Mirá si voy a atrasarme en pagar ingresos brutos?
O alumbrado y limpieza?
O la patente y el seguro?
O el gas?
O la luz?
Vos estás loco?
Porque...
Porque el aire acondicionado, y el filtro de la pileta.
Porque el calefactor y el termotanque.
Porque la patente y la VTV.
Porque mirá si me para la policía.
Porque el colegio de los chicos, y el guardapolvo.
Porque mi empleo, o mi negocio.
Porque los pasajes al caribe.
Porque mirá si me sacan la casa.
Etc. etc.
