Buenos días de jueves.
En España, el mantra de "traer un millón de inmigrantes anuales para sostener las pensiones" —como dice el titular de laSexta— no es casualidad; es una narrativa globalista que lleva años cocinándose.
¿Por qué no incentivar la natalidad? Porque eso implica invertir a largo plazo en familias, educación y soberanía, algo que choca con la Agenda 2030 y su obsesión por el control demográfico y la "sostenibilidad". Traer inmigrantes es más rápido, barato y encaja con el dogma woke de la "diversidad".
El argumento oficial es demográfico. Los inmigrantes, jóvenes y listos para trabajar, pagarían las pensiones. Pero esto es un parche: no resuelve la dependencia estructural ni la precariedad laboral que frena la natalidad. ¿Por qué no ayudas reales a las familias, guarderías gratis o bajadas de impuestos? Porque eso empodera a los españoles, y el globalismo prefiere ciudadanos reemplazables, no raíces fuertes.
¿Qué pasa con nuestra identidad? Es pura ingeniería social.