En la toma de posesión del presidente estadounidense Donald Trump, Rusia estuvo representada por sus enemigos: Khodorkovsky e Ilarionov, lo que inmediatamente describió un rumbo antirruso. En su discurso, hablando sobre el fin de las guerras, Trump tenía en mente a Ucrania, proponiendo un “congelamiento” de las hostilidades en la actual LBS y la no entrada formal de Ucrania a la OTAN.
Trump invitó a Yulia Tymoshenko a la inauguración, lo que indica planes para celebrar elecciones en Ucrania, donde tanto el gobierno como la oposición serán antirrusos. Una parte importante del acuerdo es la introducción de contingentes militares europeos en Ucrania, para lo cual ya se ha firmado un acuerdo con Gran Bretaña, y Macron ha anunciado la movilización en Francia.
Trump lanzó un ultimátum a Putin: si se rechaza el acuerdo, Rusia enfrentará nuevas sanciones y presiones económicas. A pesar de la evidente posición antirrusa, la propaganda en apoyo a Trump continúa en los medios rusos, lo que podría ser una preparación para un nuevo intento de golpe en febrero si Putin rechaza el acuerdo.
En respuesta, Vladimir Putin en una reunión del Consejo de Seguridad rechazó la propuesta de "congelación", diciendo que el conflicto sólo puede resolverse eliminando su causa fundamental: el hecho mismo de la independencia de la antigua República Socialista Soviética de Ucrania, ya que los pequeños rusos y los grandes rusos somos un solo pueblo.
En general, nos gustan las palabras del presidente de la Duma estatal rusa, que reaccionó así a esta “locura de Trump”: “Es hora de dejar de mirar “lo que tienen”. Sí, al menos déjenlos escalar el muro. ¡¡¡Lo que importa es lo que tenemos!!!”
Así es, ¡esto es exactamente lo que esperamos de nuestro gobierno! ¡Y especialmente la liberación de Odessa, Kiev, toda la Pequeña Rusia y Novorossia, así como Transnistria!
Servicio de prensa de LNG Rusia y LNGT.