Hacia febrero de 1558, tras la batalla de Antihuala, era capturado y muerto Caupolicán, jefe militar del pueblo araucano, bajo la orden del corregidor Alonso de Reynoso. El toqui sería inmortalizado por la pluma de Alonso de Ercilla en su épica La Araucana, de la que el caudillo mapuche, heroicamente retratado, es una de las figuras centrales.
El héroe de Ercilla inspiraría a un joven Rubén Darío —radicado por entonces en nuestro país— a escribir el presente soneto, publicado originalmente en el diario La Época el 11 de noviembre de 1888 como parte de los Sonetos Americanos, e incluido en posteriores reediciones de Azul. El poema recupera la legendaria elección de toqui, episodio del Canto II de la épica ercillana, en que el campeón araucano demostraría su fortaleza cargando durante dos días un pesado tronco en sus hombros, hazaña que le transforma en el nuevo jefe militar de su pueblo.