Los pieles rojas conservan el verdadero simbolismo del Aguila de la mitología hiperbórea, que ya no es posible encontrar en otros lados [...] Han desarrollado metafísicamente ese simbolismo, con la concepción del Pájaro del Trueno, Wakan-Tanka (Wakan es Wotan), ser sobrenatural que se oculta tras las nubes de las tormentas y de cuyos ojos
salen rayos, produciendo los truenos con el batir de sus alas. Este Pájaro lucha contra el Dragón del Mal. Es el Zeus olímpico, el Júpiter Tonante, el Ollin-Tonatiuh, de los aztecas; la trilogía nórdico-hiperbórea de Odín-
Thor-Tyr. Dioses polares. Quien se identifica con el Aguila debe pasar más allá, hasta el Pájaro del Trueno, que es algo así como la contraparte espiritual del águila física, lo que el Monte Meru es al Kailás, en los Transhimalaya. Y así el guerrero indio adquiere la energía del Padre Sol, del Sol Negro Espiritual, más allá del sol físico. Las águilas hablan al guerrero y le dicen: "Luchamos contra las potencias de las tinieblas, acompáñanos". Así, el héroe abandona su vida anterior y se entrega al Camino del Pájaro del Trueno, Wakan-Tanka, dedicando su vida a combatir a los monstruos y asistir a las águilas en sus combates. Y el guerrero Sioux dice: "Puse en mi cabeza dos plumas de Wokan-Tanka en reverencia de Aquel que está más allá de todas las cosas y que las cosas nos revelan". La Piedra, la roca, como signo inamovible de lo inmutable. Y el guerrero piel roja exclama: "¡Oh, piedras antiguas, Tunkayatapaka, ahora estáis aquí con nosotros! Wakan-Tanka ha creado otros mundos y os ha puesto cerca de Él. Las generaciones caminarán sobre vosotras". La roca es una cristalización rúnica, que puede ser regenerada, levitada; además de menhir, dolmen y cromlesh, puede ser transmutada en UFO. También la Lanza (como en la leyenda grálica), cristalización de Rayo rúnico Sieg ϟ y la Pipa, son símbolos nórdico-polares, heredados por los indios pieles rojas. Ellos, como decíamos, desarrollan metafísicamente el símbolo ario de los cuervos Hugin y Munin, de Federico Barbarroja, de Wotan y de los parsis, de las Torres del Silencio. Se descubre mejor el sentido de las alas del águila en los cascos vikingos, que los pieles rojas han preservado en su tocado de plumas, para cubrirse y en las dos plumas sujetas a su pelo: También portan cuernos, como en los cascos nórdicos. Adoran, además, los montes sacros, el Shastra, y los puntos magnéticos de la tierra. Todo vive y tiene un alma para ellos.
Miguel Serrano. AH el último Avatara