"CARPE DIEM"
(Quinto Horacio Flaco)
Aprovecha el día.
No dejes que termine
sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz,
sin haber alimentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie
te quite el derecho de expresarte,
que es casi un deber.
No abandones tus ansias
de hacer de tu vida
algo extraordinario.
No dejes de creer
que las palabras y la poesía
pueden cambiar el mundo;
porque, pase lo que pase,
nuestra esencia está intacta.
Somos seres humanos llenos de pasión,
la vida es desierto y es oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa,
y tú puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque solo en sueños
puede ser libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores: el silencio.
La mayoría vive en un
silencio espantoso.
No te resignes, huye.
"Yo emito mi alarido
por los tejados de este mundo", dice el poeta;
valora la belleza de las cosas simples,
se puede hacer poesía
sobre las pequeñas cosas.
No traiciones tus creencias,
todos merecemos ser aceptados.
No podemos remar
en contra de nosotros mismos,
eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que provoca tener la vida por delante.
Vívela intensamente, sin mediocridades.
Piensa que en ti está el futuro,
y asume la tarea con orgullo
y sin miedo.
Este es lo último que escribió el poeta Horacio, en su última noche de vida. Por la mañana tras escribir su "Carpe Diem" lo encontraron muerto.