Cosas extrañas pasan también en los Estados Unidos. Mientras pone los fierros para bombardear civiles en Yemen, Trump ordena desclasificar los archivos sobre el asesinato de John F. Kennedy.
He ahí la contradicción: Trump apoya incondicionalmente a los israelíes en su campaña expansionista sobre Medio Oriente, pero a la vez permite que la opinión pública acceda a documentos clasificados que revelan que el Mossad mató a Kennedy.
Y además permite que parte de su base en el Congreso haga un escándalo contra su decisión de ir a la guerra con los israelíes.
Está claro que Trump y toda la política estadounidense están bajo algún tipo de extorsión por parte de Tel Aviv hace ya bastante tiempo, porque de otra forma no se explica por qué los yanquis están siempre dispuestos a cualquier cosa con tal de darles el gusto a los israelíes.
La extorsión está y el que diga que es una conspiranoia va a tener que explicar la obsecuencia de Washington a Tel Aviv de otra manera. Adelantamos que no la hay, no hay manera de explicar por qué los Estados Unidos hacen todo lo que Israel quiere sin hablar de extorsión.
La extorsión la hay, pero algo diferente se ve hoy en términos de estrategia política: Trump cumple con los sionistas genocidas para que no le ejecuten la amenaza y, al mismo tiempo, va generando las condiciones simbólicas para que pueblo yanqui empiece a entender que Israel es el mal.
Hay que estar muy atentos a esto porque a Kennedy lo mataron precisamente por esta razón, por asumir ciertas posturas que no fueron del agrado de Israel.
Concretamente Kennedy dijo que Israel no debía tener armas nucleares y también dijo que iba a empezar a destapar todo lo que era secreto. Nunca pudimos saber qué era eso porque una semana después lo mataron en Dallas.
No, no fue Lee Harvey Oswald, ese es el relato que hicieron para satisfacer a la opinión pública de aquel momento, la narrativa de un loquito suelto. No fue Oswald, fue el Mossad. Fue Israel.
En estos momentos se está dando un intenso debate en los Estados Unidos sobre esto y si el resultado es una mayoría accediendo a la verdad el juego puede cambiar y no será favorable a Tel Aviv.
Sin el músculo bruto de los yanquis los israelíes son pan comido para sus vecinos en la región. Y para que eso pase basta que los yanquis entiendan que Israel les mató un presidente.
Vía: La Batalla Cultural
Atte. 𝕾𝖊𝖈𝖗𝖊𝖙𝖆𝖗𝖎𝖆 𝖉𝖊 𝕯𝖔𝖈𝖙𝖗𝖎𝖓𝖆 𝖞 𝕻𝖗𝖔𝖌𝖗𝖆𝖒𝖆 𝕻𝖔𝖑𝖎𝖙𝖎𝖈𝖔 📊📝
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