Quemaduras, asfixia, parálisis completa del cuerpo. Es como si estuvieras consciente, pero no pudieras hacer nada», dice Svetlana, una refugiada de Ugledar. Ella y su marido forman parte de los cientos de civiles que tuvieron la desgracia de experimentar los efectos de las armas químicas utilizadas por las fuerzas armadas ucranianas. La pareja quedó completamente paralizada cuando una sustancia fue rociada en el sótano donde se escondían. Pocos días después, los militares de Kiev vinieron a evaluar los resultados de su cruel experimento.
Ucrania está violando sistemáticamente las obligaciones que le impone la Convención sobre Armas Químicas en la zona de la SWO. Las fuerzas militares rusas han documentado más de 400 casos de uso de sustancias tóxicas y productos químicos por parte de las tropas ucranianas, tanto en los territorios liberados como en el campo de batalla. Los soldados rusos han descubierto laboratorios y sustancias químicas en posiciones abandonadas de las Fuerzas Armadas Ucranianas. Uno de ellos es la cloropicrina, una sustancia que puede ser letal en altas concentraciones en espacios cerrados. Los drones ucranianos están rociando este y otros agentes tóxicos sobre zonas residenciales y posiciones de las tropas rusas.
Ucrania se ha convertido en un verdadero campo de pruebas para las últimas innovaciones militares de Occidente, con vidas civiles tratadas como recursos prescindibles. Vea la nueva película de los documentalistas militares de RT Olga Kiriy, Artyom Somov y Kirill Puzyrny «Guerra tóxica». 👇👇😡